Escuchaste del libro Las Semanas Mágicas? Unos meses después de convertirme en madre, mi bebé feliz se convirtió en un bebé gruñón y yo no tenía idea de lo que estaba pasando hasta que leí este libro. Las Semanas Mágicas describe los desarrollos mentales de un bebé y explica que el bebé pasa por un período de crecimiento antes de que pueda hacer algo nuevo, como hacer un nuevo sonido o voltearse. Durante este período de transición, el bebé está de mal humor, come y duerme de forma irregular y, como nuevo padre, sientes que has vuelto a la semana 1. En resumen: crecer duele; debes retroceder dos pasos para avanzar tres pasos.
¿Reconoces los dolores de crecimiento? ¿Como cuando comenzaste una empresa con unas pocas personas que ahora consta de muchas partes interesadas? ¿Cuando era fácil debatir ideas y tomar decisiones, mientras que ahora transcurren semanas antes de que se apruebe una idea o se tome una decisión?
El crecimiento es bueno, es asombroso, pero el crecimiento duele. Antes de convertirse en una organización grande, se deben dar algunos saltos que pueden incluir algunos de los siguientes dolores de crecimiento:
- Los empleados requieren la estandarización de los procesos. Cuando administrabas un grupo pequeño, era fácil definir un proceso de trabajo, pero un grupo grande requiere más procesos y procedimientos definidos.
- La colaboración se vuelve compleja. El pequeño grupo consistía en unas pocas personas que trabajaban bien juntas, pero trabajar con muchas personas implica diferentes intereses, antecedentes y métodos de trabajo.
- La resolución de conflictos se realizó una vez con una taza de café o una cerveza, ahora requiere sesiones de coaching (grupales).
- La política ingresa a la organización. ¿Recuerdas esos días cuando era tan fácil discutir y decidir? Se requieren nuevas habilidades de liderazgo. La gestión de unos pocos o la gestión de muchos empleados necesita un enfoque diferente.
- Las culturas chocan. El pequeño grupo se alinea fácilmente, ahora la cultura corporativa está tomando forma y necesita ser administrada.
Incluso podrías perder esos primeros días de trabajo en la organización…
¡Espera! ¡Crecer como organización era lo que pretendías! No hablemos sobre lo bueno que fue en el pasado. Acepta los dolores de crecimiento, porque son parte de volverse grande y mejor.
Todo cambio es un proceso
Uno de los primeros pasos para gestionar un cambio es ser consciente del porque estamos experimentándolo, en nuestro ejemplo con el bebé, fue esencial darse cuenta de que no era su comportamiento normal, hubo conciencia de una etapa de crecimiento. Asimismo, sucede con las organizaciones y/o áreas de trabajo, cuando te enfrentas a dificultades, el primer paso que debes dar tú y tu organización es hacer conscientes a los colaboradores acerca del por qué están sucediendo las cosas.
- ¿Por qué estamos contratando más personas?
- ¿Por qué nos cambiamos de zona geográfica?
- ¿Por qué interactuamos en sesiones de coaching y no en la cafetería?
El entender por qué suceden las cosas y hacia dónde se dirige la organización con estos cambios logra reducir en ti y en los colaboradores la ansiedad y aumenta tu capacidad de respuesta para obtener al final la adaptación y la adopción de dichos cambios.
Después del primer paso de entendimiento podrás dar cabida a sentir deseo genuino de lidiar con los dolores de crecimiento que estás experimentando y encontrar y aplicar soluciones que te lleven a los resultados que quieres.
Al igual que con un bebé, es importante ser paciente. Tómate tu tiempo para reorganizar, desarrollar y poner en práctica las nuevas habilidades. Sé paciente con los nuevos miembros del equipo y apóyalos para adaptarse a la nueva organización. Nunca olvides la importancia del diálogo: habla con los demás. ¡Después de todo, estas semanas mágicas pasarán y tu estarás orgulloso de la madurez de la organización!